18-12-2010

Héroes malhadados III. Policías (segunda parte)

Si de policías con mala fortuna se trata, sin duda alguna el mayor de los premios se lo llevan los sufridos Hernandez y Fernández, o Dupond et Dupont, o Thomson and Thompson, o Uys en Buys, o Shulze und Shultze, o Dubeu pi Débeu, o Tsicerono kaj Citserono, o 杜本和杜朋 (Dùběn hé Dùpéng), o سامر و تامر (Sāmir wa Tāmir), o תומפסון ותומסון (Tompson ve Tomson), o Skapti og Skafti, o デュポンとデュボン(Dupon to Dubon), o Clodius et Claudius, o Biwer a Biver, o Jansen en Janssen, o Tajniak i Jawniak, o Kadlec a Tkadlec o ar Bras hag ar Braz (no deben existir otros personajes, en toda la hisotria de la literatura universal, que hayan recibido más variedad de nombres). Lo suyo era, como se aprecia en las tiras que siguen, el slapstick (o ridículo físico) y el absurdo (o ridículo psicológico):
En la opinión del pobre Mambrú, la creación de estos dos peronajes es una de las mayores genialidades guionísticas de Hergé. Desde que aparecen, en "Los cigarros del faraón", tienen un protagonismo creciente (con alguna laguna como "La estrella misteriosa", en que aparecen tan sólo en una viñeta: mientras caminan al puerto por detrás de Quick et Flupke), protagonismo que encuentra sus momentos culminantes, en mi opinión, en los binomios de "El secreto del Unicornio" y "El tesoro de Rakham el rojo", por una parte, y "Objetivo: la luna" y "Aterrizaje en la luna", por la otra. Desde esta última aventura su participación se verá considerablemente reducida, llegando a estar completamente ausentes en dos álbumes: "Tintin en el Tibet" y "Vuelo 714 para Sidney". Y aunque esas dos historias están muy bien logradas, no deja de extrañarse a esos dos policías patéticos, pero entrañables...

Y el gran Hergé fue homenajeado -en su creación policíaca- por otro grande de la BD franco-belga, aunque no ya de la escuela de Bruselas (como el propio Hergé), sino de la de Marcinelle: Maurice Tillieux. ¡Qué duda cabe de que en el torpe inspector Corrusco hay una clara referencia a los dos policías tintineanos! El gruso bigote, la calva cubierta por un negro sombrero, el bastón ornamental y, por sobre todo lo demás, su indiscutible capacidad para hacer el ridículo y meterse en líos, hacen de Corrusco un digno heredero de los "Dupondt", como se los conoce en francés (que sería algo así como decir los "Fhernandez").

02-12-2010

Héroes malhadados II. Policías (primera parte)

Continuamos con nuestro pequeño homenaje a las sufrientes víctimas de los crueles autores de BD.
Hoy nos dedicamos a un oficio que se ha prestado, muy especialmente, al escarnio público. Nos referimos al oficio del policía. Y aunque hay otros desdichados guardianes de la seguridad que tienen un lugar más destacado en la historia de la bande dessinée, comenzaremos con dos clarísimos ejemplares de lo que estos servidores públicos pueden sufrir, tanto en el orden psicológico como en el físico.
El primero de ellos es el agente 212 que, como se aprecia claramente en las viñetas siguientes, hace carne las durísimas humillaciones psicológicas a que puede estar sometido en su trabajo:



Y si alguien puede servir de ejemplar para mostrar los excesos físicos, con que se ceban sobre estos agentes sus creadores, ese no es otro que Filemón, de la agencia T.I.A.:


En una próxima entrega buscaremos a los más altos exponentes de este oficio, todos ellos también sufrientes víctimas, que han sido engendrados por algún maníaco autor.

29-11-2010

Un pequeño homenaje a todos aquellos que nacieron con mala estrella

A partir de esta segunda entrega, Mambrú ha decidido comenzar una serie que estará dedicada a aquellos personajes de la BD, casi todos secundarios (aunque también alguno principal), que han sido enviados al sacrificio por sus creadores, en un acto de profunda inhumanidad, para transformarlos en seres penosos, vulgares recursos del slapstick, destinados al ridículo contínuo, al escarnio público, a la humillación, y ni qué decir de los golpes, las caídas, los choques y los etcéteras.
Mambrú, aunque jamás reconocerá en público que se siente identificado con tan patéticos personajes, quiere llamar la atención sobre la insensibilidad superlativa que se manifiesta en la risa motivada por las desventuras de estos individuos.
Y comenzaremos por el que, quizá, sea el más famoso de todos estos héroes malhadados: el bardo Asuranceturix. El pobre Mambrú ha de reconocer que, con Asuranceturix, tiene en común el talento musical, así como el aprecio que del mismo hacen sus amigos:

Como se aprecia claremente en estas dos viñetas, la virtud musical de Asuranceturix era activa y pasiva: es decir, tanto sufrimiento causaba (con su canto), cuanto padecía (por la recepción de su canto).
Atte. y con encomio
Mambrú (que, tras tan largos años, y por causa de los traumas de la guerra, ha perdido la memoria de sus aventuras)

28-11-2010

Bruno Brazil en Mampato

La primera entrada de esta etapa historietística del blog de Mambrú estará dedicada -como, muy probablemente, otras muchas más- a comentar alguna de las entregas con que nos regala Manganeso en Yo soy de la generación Mampato. Esta vez ha sido una de las dos aventuras de Bruno Brazil que aparecieron en la revista Mampato. Todo el crédito ha de ir a la dupla de trabajo que conforman el propio Manganeso y el solitario Han, que son los autores de unas ediciones que, por su calidad, no tienen parangón en toda la web. Dios sabe muy bien para qué ha creado a los obsesivo compulsivos...

Aunque Vance no sido nunca mi dibujante favorito, es necesario reconocer que ha sido capaz de engendrar unas obras de gran factura, donde XIII es, qué duda cabe, la gran cima (aunque, en cuanto al dibujo, algunos álbumes de Bruce J Hawker superan las demás obras del autor). Pienso que una de las claves de su éxito ha sido asociarse a guionistas de primera línea, como Van Hamme o el propio Greg (que se hizo cargo de los guiones de Bruno Brazil).

Pero el objeto de estas líneas no es alabar al dibujante belga sino, más bien, a los coloristas de nuestra querida revista Mampato. Y para ello adjunto unas imágenes comparativas de algunas páginas y viñetas, en su versión mampatina y en la de Le Lombard (en una versión de colores posterior a la primera edición, muy mejorada y, también, muy próxima a la que se utilizaría en los primeros álbumes de XIII).

La primera corresponde a la página inicial de la primera aventura de Bruno Brazil publicada en Mampato, que corresponde a la segunda entrega de la saga en su edición francesa. Además de la curiosidad del cambio de la primera viñeta (como se puede apreciar, en la nueva versión, a pesar de que la historia apareció en la revista Tintin durante el año 1969, aparecen las torres gemelas, ¡que fueron inauguradas en 1973! Esta imagen de Nueva York se transformaría, luego, en la imagen de las guardas de los álbumes en cartoné con que Le Lombard reeditaría la serie), además de esta modificación, digo, la parte baja de la página ya muestra con claridad las diferencias de colores entre la edición mampatina y la de Le Lombard:

Revista Mampato:

Le Lombard:

A mí, al menos, me gustan infinitamente más los colores de Mampato. Para que se hagan una idea de lo mucho que ganaban respecto de las primeras ediciones de francesas de Bruno Brazil, adjunto una página con la coloración original (desgraciadamente, no tengo “El comando Caimán” en esa coloración, pero otro álbum en primera edición nos puede dar una idea bastante aproximada):

Aunque no estoy seguro, pienso que puede haber habido alguna edición con colores mejores que los que se ven en la página anterior, y sobre la cual hayan trabajado los coloristas de la Editorial Cochrane (que editaba Mampato), pero ello no les quita el mérito de haber, si no creado, conservado y reproducido unos colores magníficos (no hay que olvidar que la tecnología de aquella época obligaba a rehacer la coloración de todo lo que se publicaba). Para más abundancia de ejemplos, añado otras dos viñetas comparativas de Mampato con Le Lombard:

Revista Mampato:

Le Lombard:

Pongo en gran formato las viñetas, no sólo por la belleza de la imagen, sino para que no se pierda el detalle del texto, que en su versión original dice: “mientras el follaje verde y azul de la jungla se encrespa más allá de donde alcanza la vista...” ¿verde y azul? pues lo que se ve en la versión de Le Lombard son unas nubes grisáceas. De follaje verde y azul nada... Por otra parte, no puedo dejar de llamar la atención sobre el modo genial con que, en la coloración mampatina, con una cuantas manchas verdes y azules se crea la impresión de una jungla perdida en el fondo. No sé quién será el autor primero de estos colores, pero no me cabe duda de que la versión “corregida” ha perdido mucho...

Para terminar, añado otra viñeta aérea que también me ha llamado la atención por su belleza singular y que, otra vez, me gusta muchísimo más en su coloración original:

Revista Mampato:


Le Lombard:


Por otra parte, esta última viñeta me permite insistir en una cuestión que, para mí, es casi una obsesión: en la BD no se puede juzgar el dibujo (en este caso el color) sin su referencia intrínseca al guión. ¿Saben ustedes a qué hora saltaron los paracaidistas del Comando Caimán? Pues en la madrugada. ¿En cuál de las dos viñetas aparece mejor retratado ese momento del día?