28-11-2010

Bruno Brazil en Mampato

La primera entrada de esta etapa historietística del blog de Mambrú estará dedicada -como, muy probablemente, otras muchas más- a comentar alguna de las entregas con que nos regala Manganeso en Yo soy de la generación Mampato. Esta vez ha sido una de las dos aventuras de Bruno Brazil que aparecieron en la revista Mampato. Todo el crédito ha de ir a la dupla de trabajo que conforman el propio Manganeso y el solitario Han, que son los autores de unas ediciones que, por su calidad, no tienen parangón en toda la web. Dios sabe muy bien para qué ha creado a los obsesivo compulsivos...

Aunque Vance no sido nunca mi dibujante favorito, es necesario reconocer que ha sido capaz de engendrar unas obras de gran factura, donde XIII es, qué duda cabe, la gran cima (aunque, en cuanto al dibujo, algunos álbumes de Bruce J Hawker superan las demás obras del autor). Pienso que una de las claves de su éxito ha sido asociarse a guionistas de primera línea, como Van Hamme o el propio Greg (que se hizo cargo de los guiones de Bruno Brazil).

Pero el objeto de estas líneas no es alabar al dibujante belga sino, más bien, a los coloristas de nuestra querida revista Mampato. Y para ello adjunto unas imágenes comparativas de algunas páginas y viñetas, en su versión mampatina y en la de Le Lombard (en una versión de colores posterior a la primera edición, muy mejorada y, también, muy próxima a la que se utilizaría en los primeros álbumes de XIII).

La primera corresponde a la página inicial de la primera aventura de Bruno Brazil publicada en Mampato, que corresponde a la segunda entrega de la saga en su edición francesa. Además de la curiosidad del cambio de la primera viñeta (como se puede apreciar, en la nueva versión, a pesar de que la historia apareció en la revista Tintin durante el año 1969, aparecen las torres gemelas, ¡que fueron inauguradas en 1973! Esta imagen de Nueva York se transformaría, luego, en la imagen de las guardas de los álbumes en cartoné con que Le Lombard reeditaría la serie), además de esta modificación, digo, la parte baja de la página ya muestra con claridad las diferencias de colores entre la edición mampatina y la de Le Lombard:

Revista Mampato:

Le Lombard:

A mí, al menos, me gustan infinitamente más los colores de Mampato. Para que se hagan una idea de lo mucho que ganaban respecto de las primeras ediciones de francesas de Bruno Brazil, adjunto una página con la coloración original (desgraciadamente, no tengo “El comando Caimán” en esa coloración, pero otro álbum en primera edición nos puede dar una idea bastante aproximada):

Aunque no estoy seguro, pienso que puede haber habido alguna edición con colores mejores que los que se ven en la página anterior, y sobre la cual hayan trabajado los coloristas de la Editorial Cochrane (que editaba Mampato), pero ello no les quita el mérito de haber, si no creado, conservado y reproducido unos colores magníficos (no hay que olvidar que la tecnología de aquella época obligaba a rehacer la coloración de todo lo que se publicaba). Para más abundancia de ejemplos, añado otras dos viñetas comparativas de Mampato con Le Lombard:

Revista Mampato:

Le Lombard:

Pongo en gran formato las viñetas, no sólo por la belleza de la imagen, sino para que no se pierda el detalle del texto, que en su versión original dice: “mientras el follaje verde y azul de la jungla se encrespa más allá de donde alcanza la vista...” ¿verde y azul? pues lo que se ve en la versión de Le Lombard son unas nubes grisáceas. De follaje verde y azul nada... Por otra parte, no puedo dejar de llamar la atención sobre el modo genial con que, en la coloración mampatina, con una cuantas manchas verdes y azules se crea la impresión de una jungla perdida en el fondo. No sé quién será el autor primero de estos colores, pero no me cabe duda de que la versión “corregida” ha perdido mucho...

Para terminar, añado otra viñeta aérea que también me ha llamado la atención por su belleza singular y que, otra vez, me gusta muchísimo más en su coloración original:

Revista Mampato:


Le Lombard:


Por otra parte, esta última viñeta me permite insistir en una cuestión que, para mí, es casi una obsesión: en la BD no se puede juzgar el dibujo (en este caso el color) sin su referencia intrínseca al guión. ¿Saben ustedes a qué hora saltaron los paracaidistas del Comando Caimán? Pues en la madrugada. ¿En cuál de las dos viñetas aparece mejor retratado ese momento del día?

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