29-11-2010

Un pequeño homenaje a todos aquellos que nacieron con mala estrella

A partir de esta segunda entrega, Mambrú ha decidido comenzar una serie que estará dedicada a aquellos personajes de la BD, casi todos secundarios (aunque también alguno principal), que han sido enviados al sacrificio por sus creadores, en un acto de profunda inhumanidad, para transformarlos en seres penosos, vulgares recursos del slapstick, destinados al ridículo contínuo, al escarnio público, a la humillación, y ni qué decir de los golpes, las caídas, los choques y los etcéteras.
Mambrú, aunque jamás reconocerá en público que se siente identificado con tan patéticos personajes, quiere llamar la atención sobre la insensibilidad superlativa que se manifiesta en la risa motivada por las desventuras de estos individuos.
Y comenzaremos por el que, quizá, sea el más famoso de todos estos héroes malhadados: el bardo Asuranceturix. El pobre Mambrú ha de reconocer que, con Asuranceturix, tiene en común el talento musical, así como el aprecio que del mismo hacen sus amigos:

Como se aprecia claremente en estas dos viñetas, la virtud musical de Asuranceturix era activa y pasiva: es decir, tanto sufrimiento causaba (con su canto), cuanto padecía (por la recepción de su canto).
Atte. y con encomio
Mambrú (que, tras tan largos años, y por causa de los traumas de la guerra, ha perdido la memoria de sus aventuras)

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